12 enero 2009

AÚN ESTAS A TIEMPO!

Nutrición y Verano.
Por la Lic. Alejandra Souteras

El verano es un buen momento para iniciar una dieta ya que la naturaleza esta de nuestra parte, pero se tiene que tener claro que esto debe transformarse en un hábito saludable y en algo natural, que nos permita mantenerlo a largo plazo y continuarlo en las otras estaciones del año.

Desde el punto de vista nutricional, durante los meses de verano la tendencia es alimentarse mejor que el resto del año, sin que uno mismo se lo proponga.
El verano es un buen aliado para llevar a cabo una alimentación sana porque como consecuencia del calor extremo, no sentimos por lo general ganas de comer alimentos con un alto contenido en grasas y sí, en cambio, se seleccionan otros más refrescantes y con menos calorías los cuales a su vez aportan gran cantidad de agua, fibra, minerales y vitaminas, como son las frutas y las verduras.

Una de los aspectos más importantes a tener en cuenta en el verano es el tema de la deshidratación, teniendo especial cuidado con los niños, las personas mayores y especialmente aquellas que realizan ejercicio físico.

La mayor pérdida de líquidos es a través del sudor y esta pérdida extra de líquidos hay que compensarla mediante la ingesta de agua, jugos naturales y mediante una alimentación rica en frutas y verduras crudas, que además de agua aportan vitaminas y minerales. No hay que esperar a tener sed para hidratarse, sobre todo si se ha realizado algún ejercicio físico.

El balance entre la cantidad de líquido que ingresa y que sale del organismo debe ser siempre positivo a nuestro favor para evitar que la célula se deshidrate. Es por ello que se recomienda consumir como mínimo 2 litros de agua al día, con esto nos aseguramos cubrir las necesidades de una persona sedentaria, pero esta cantidad debe ir en aumento en función del ejercicio físico que se realice.

Por último, pero no por eso menos importante, es fundamental que cuidemos las medidas de higiene ya que los riesgos para la salud derivados de la conservación y preparación de los alimentos en esta época del año aumentan. Es necesario asegurar las condiciones mínimas de higiene y de conservación de alimentos para evitar episodios de intoxicaciones alimentarias.
CONSEJOS PRÁCTICOS

Desayuno:
Jugo de frutas natural
Yogur o leche descremada
Pan integral con queso magro
Almuerzo:
Ensalada de verduras, entre ellas las de hoja verde
(espinacas, acelgas, berros, escarola y lechuga)
Carne (pollo, pescado o carnes rojas)
Merienda:
Yogur, leche descremada o Licuado de frutas con leche
Pan integral
Cena:
Ensalada completa (verduras y cereales)

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